El desgaste de la arena de sílice es gradual, pero inevitable, y depende de varios factores. A continuación, se presentan las señales más comunes de que es necesario reemplazar la arena de sílice.
Rebote irregular de la pelota:
La arena de sílice tiene un impacto directo en el comportamiento de la pelota. Si nota que ya no rebota de forma uniforme, especialmente en diferentes zonas de la cancha, esto puede ser una clara señal de compactación o desplazamiento de la arena.
Desgaste desigual en la superficie del césped: Si las fibras empiezan a inclinarse o a verse "desnudas", es probable que la arena ya no se esté distribuyendo correctamente.
Dificultad para la tracción de los jugadores:
La arena de sílice proporciona tracción en la cancha, lo que permite a los jugadores moverse con seguridad. Cuando la arena se compacta, el suelo puede volverse resbaladizo o demasiado duro, lo que aumenta el riesgo de lesiones.
Compactación excesiva: Con el tiempo, puede acumularse en ciertas zonas y compactarse, reduciendo la flexibilidad y la amortiguación del césped artificial. Esto se nota al caminar sobre la cancha, con una mayor dureza bajo los pies.
